"Porque si el corazón duele es porque aún sigue palpitando"

Hay muchas razones por las que el corazón puede exponerse al dolor:

La pérdida de alguien a quien amas profundamente.
La traición de la persona en la que confiabas.
El miedo a no saber cómo continuar y si tendrás la fuerza suficiente.

Mi último LexArt trata sobre estas tres en concreto y como dejan cicatrices profundas física y emocionalmente.
La vida es bonita, pero también es jodidamente dura. Exponemos nuestro corazón a cada momento, persona o situación con el riesgo total de que se rompa, o cuando ya está frágil y roto, le den el golpe final. Como cuervos carroñeros que esperan a que deje de palpitar.
Pero es el simbolismo de esos mismos cuervos, los que también pueden traer la propia luz de la conciencia, abrirnos los ojos para comprender qué nos lastimó, nos hirió profundamente y alejarnos finalmente de ello.

La vida en su constante movimiento, nos enseña mucho, pero es el corazón el que al final nos mueve y casi siempre, nos dicta el camino.

El dolor siempre será dolor, y sus cicatrices una prueba de ello, pero vivirlo y experimentarlo es un aprendizaje más de nuestra vida. Y el corazón sabe mucho de esto.